El mercado inmobiliario ha intensificado su actividad en España durante los últimos meses. La compraventa de viviendas ha experimentado un alza de doble dígito, tras un 2020 marcado por la crisis de la Covid-19; las promotoras han reactivado proyectos que estaban paralizados y España se ha posicionado como un país que capta cada vez más inversión en Real Estate. Además, zonas como Madrid y su área metropolitana, han dado un paso al frente para impulsar más de una docena de nuevos desarrollos urbanos, que supondrán en los próximos años la creación de nuevos barrios, más de 150.000 viviendas, equipamientos públicos, etc.

Si bien esta reactivación del mercado podría verse alterada por la actual coyuntura geopolítica global, y por su impacto sobre la economía —aumento del precio de la energía, alza de costes de construcción, etc—, el ladrillo ha vuelto (si acaso alguna vez se marchó). Y en este contexto de mayor dinamismo, surge una pregunta: ¿qué rol puede desempeñar la comunicación en la puesta en marcha y desarrollo de nuevos proyectos urbanísticos o inmobiliarios?

Hay al menos tres claves que debemos tener en cuenta para posicionar un proyecto de este tipo e impulsar una comunicación eficaz y alineada con los intereses de negocio de una compañía.

La primera es la escucha. Es la base de todo y quizá la acción más importante de todo plan de comunicación y posicionamiento estratégico. Las organizaciones tienen el reto de impulsar una escucha activa que les permita conocer mejor las necesidades, inquietudes y demandas de sus públicos de interés, ya sean internos o externos. Preguntar y escuchar, como base del éxito para comprender, diseñar una hoja de ruta y tomar decisiones.

En los proyectos urbanísticos e inmobiliarios este aspecto cobra una relevancia especial, tanto al inicio del mismo, cuando se busca informar, involucrar y hacer partícipes a los diferentes stakeholders (administraciones públicas, inversores, colectivos ciudadanos, etc), como durante su desarrollo, cuando es importante mantener las expectativas generadas con cada uno de ellos a través de una comunicación fluida y regular.

Implementar una adecuada fórmula de escucha activa, nos permite conocer mejor qué ocurre en el mercado y dentro de la empresa, cómo son nuestros grupos de interés y cuáles son las expectativas de cada uno de ellos. Su ejecución es vital para diseñar una estrategia de comunicación sólida y coherente tanto con las expectativas de todos ellos como con los objetivos de negocio. Ésta es la segunda clave: la estrategia.

La estrategia de comunicación es la guía que nos permite definir objetivos medibles y alcanzables, elaborar una narrativa coherente del proyecto, que responda a nuestros públicos de interés; planificar un plan de acción en el tiempo, de forma organizada; y medir los resultados conseguidos, como método para evaluar el trabajo desarrollado. La estrategia marca el diseño y la ejecución de todo el plan de comunicación, y su diseño es fundamental para rentabilizar y sacar partido a todo el trabajo realizado.

Y la tercera clave es la creatividad, concebida desde un sentido amplio. La creatividad como capacidad de explorar y plantear nuevos enfoques de comunicación. La creatividad como guía para construir una narrativa única, impulsar acciones de comunicación diferentes y desarrollar nuevos formatos. La creatividad como herramienta para posicionarse en el mercado a través de una marca y una impronta diferencial, que ofrezca valor añadido.

En resumen, ¿qué papel puede desempeñar la comunicación en el desarrollo de nuevos proyectos urbanísticos o inmobiliarios? Cada actuación tiene sus singularidades, pero la comunicación puede jugar un rol estratégico clave en el sector inmobiliario, como área encargada de apoyar a las organizaciones en el desarrollo de su actividad y de su negocio. Y en este sentido, la escucha, la estrategia y la creatividad son tres claves fundamentales para ello.

*Foto: Render de Madrid Nuevo Norte (Crea Madrid Nuevo Norte)

Author

Periodista y consultor de comunicación, con más de 15 años de trayectoria profesional trabajando en medios de comunicación y asesorando a directivos de compañías nacionales e internacionales —algunas de ellas cotizadas en mercados como Ibex 35, Mercado Continuo, BME Growth, Nasdaq o Bolsa de México—, que operan en diferentes sectores como real estate, industria, energía o farma.

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